Hermano Elefante La guerra por la supervivencia - Fotografias de Álvaro Ybarra Zavala -

K

Scroll this

Cazadores furtivos y codicia. La demanda mundial de marfil ha puesto a los elefantes africanos en una encrucijada. En las inmensas llanuras de Kenia, un grupo de masáis luchan por proteger a unos animales cuyo futuro está ligado al de su propia tribu.

Tim Casaina estudia el bosque de acacias frente a él. Entre los árboles se oculta el elefante herido al que lleva rastreando desde bien entrada la madrugada.

Casaina lidera un grupo de ‘rangers’ de la Big Life Foundation, entidad que lucha contra la caza furtiva de elefantes en la región masái de Amboseli, en Kenia, un país que acoge las mayores manadas de paquidermos de la Tierra.

A sus 60 años, Casaina representa a una generación de masáis de otro tiempo, cuando se exigía al adolescente matar un león para convertirse en hombre. Tras 30 años patrullando parques y reservas al servicio del Gobierno, el ranger ha centrado su actividad en los elefantes de Amboseli. La tarea, de hecho, no puede ser más urgente. La caza y el comercio de marfil han reducido el número de ejemplares africanos a un ritmo devastador. A principios del siglo XX, África era el hogar de unos cinco millones de individuos. Hoy, a la espera de que este año se complete el Gran Censo de Elefantes, la población se estima en menos de 470.000 individuos.

 

 

 

KENIA, AMBOSELI – FEBRERO 2016: Nacida en 2010, la Fundación Big Life es hoy el gran guardián de la sabana en Kenia. Emplea a cientos de ‘rangers’ masáis y cubre una región de 8000 km2. Hasta la fecha ha realizado 2000 arrestos y confiscado 3000 armas de caza.( Foto de Alvaro Ybarra Zavala)
KENIA, AMBOSELI – FEBRERO 2016: En 1960, Kenia contaba con una población de 160.000 elefantes. Hoy quedan unos 38.000. Hace tres años, el Gobierno endureció las penas contra los cazadores furtivos hasta con 15 años de cárcel. ( Foto de Alvaro Ybarra Zavala)
KENIA, AMBOSELI – FEBRERO 2016: Rangers pertenecientes a Big Life Foundation en formación previa a una misión. ( Foto de Alvaro Ybarra Zavala)

 

Como sucede con otras materias primas, la creciente demanda de China trastocó a finales de la pasada década todo el mercado del marfil africano. Desde el año 2004, su precio se ha disparado. de 200 a 2000 dólares por onza. La matanza, calculan los expertos, alcanza cada año a más de 35.000 elefantes.

Los rangers de la Big Life Foundation, creada en 2010 por el fotógrafo británico Nick Brandt, llevan un lustro luchando contra esta carnicería. Entre sus logros figura haber desarticulado las tres principales bandas de furtivos que operaban en una región que, hasta hace poco, era uno de los puntos más calientes del tráfico de marfil. Hasta su despliegue, los elefantes de Amboseli estaban siendo exterminados.

 

 

 

KENIA, AMBOSELI – FEBRERO 2016: Big Life mantiene más de 40 puestos de vigilancia permanente, dispersas unidades móviles  y cuenta con 13 vehículos, perros de rastreo y un servicio de vigilancia aérea.( Fotos por Alvaro Ybarra Zavala)

 

En los últimos años, sin embargo, gracias a las políticas de sensibilización del Gobierno y a los recursos aportados por entidades como Big Life o la David Sheldrick Wildlife Trust, la tendencia ha cambiado. Entre los masáis, además, también se ha producido un cambio de mentalidad. Los animales son percibidos hoy como un activo que atrae turismo, inversiones y una esperanza para evitar el éxodo de las nuevas generaciones hacia las grandes ciudades en busca de trabajo.

La quietud del Amboseli, considerada entre las mejores experiencias de observación de fauna del planeta y reserva de la biosfera, se rompe con el murmullo de la radio de Tim Casaina. Tengo localizado al elefante, Tim. -El sargento Lekina Mpumpu reporta a su superior y amigo-. Tiene tres heridas de lanza. Una grande, en el costado izquierdo, parece muy infectada. Hace mucho viento y él sabe que estamos aquí, está muy agresivo. Si nos acercamos más, atacará .

Tim escucha a su subordinado, también masái. Lekina pertenece, eso sí, a otra generación. Su desafío es preservar la identidad de su pueblo frente a los cambios del mundo actual. Bien, sargento -ordena Casaina-. Mantenga la posición, no se acerque más. El helicóptero con el veterinario llegará enseguida. Y, sobre todo, no pierda al elefante.

 

 

 

KENIA, AMBOSELI – FEBRERO 2016: La matanza no se ciñe a los elefantes. Quedan 20.000 leones, un 75% menos que hace 20 años. Jirafas, rinocerontes y cebras también están siendo diezmados.( Foto por Alvaro Ybarra Zavala)
KENIA, AMBOSELI – FEBRERO 2016: Un grupo de ‘rangers’ han abatido con un dardo somnífero a un elefante herido por furtivos. Tras curarle las heridas lo dejan partir, supervisando su recuperación durante varios días. ( Foto por Alvaro Ybarra Zavala)
KENIA, AMBOSELI – FEBRERO 2016: la David Sheldrick Wildlife Trust es toda una referencia en África por su Proyecto para Huérfanos. En su sede, 27 elefantes jóvenes luchan por superar el trauma de haber perdido a su familia. ( Foto por Alvaro Ybarra Zavala)

 

Al cabo de un rato, el estruendo del rotor anuncia las asistencias. No veo al elefante, el bosque es demasiado espeso -informa Stephan, piloto británico al servicio de la David Sheldrick Wildlife Trust-. ¡Imposible disparar desde el aire! . Para Casaina y Mpumpu perder la ventaja aérea es todo un contratiempo. Ante un elefante herido en marcha, la posibilidad de un ataque es elevada. Tim exige a sus hombres máxima concentración.

Dos horas después, los rangers abaten al animal con un dardo somnífero. De pie, frente al cuerpo dormido del gigante, el piloto analiza la coyuntura. Es obra de furtivos -asegura-. A veces usan lanzas envenenadas, lo siguen hasta que muere y se llevan los colmillos. No creo que se trate de un conflicto entre agricultores y elefantes .

Las palabras del piloto hallan eco entre sus compañeros. Mejorar la convivencia entre humanos y animales, subrayan, requiere tanto esfuerzo como combatir a los furtivos. La mayor parte del tiempo espantamos elefantes de zonas de cultivo -cuenta el sargento-. Los animales invaden los campos de trigo y de tomates. Hemos logrado que los campesinos nos avisen antes de tomarse la justicia por su mano. Por desgracia, no siempre es así .

El veterinario realiza las curas al elefante, pero se le ve muy débil. Stephan no cree que sobreviva. Las heridas lo han debilitado. Los rangers seguirán ahora de cerca sus pasos. Las labores de protección prosiguen así hasta donde sea necesario.

 

KENIA, AMBOSELI – FEBRERO 2016: La David Sheldrick Wildlife Trust, gestora del orfanato de paquidermos, sostiene que quien compra marfil es cómplicedel asesinato de un elefante. ( Foto por Alvaro Ybarra Zavala)

 

Mientras tanto, en el Parque Nacional de Nairobi, a pocos kilómetros de la capital, otro proyecto contribuye a preservar la población de paquidermos. Fundada en 1977, la David Sheldrick Wildlife Trust es toda una referencia en África por su Proyecto para Huérfanos. En su sede, 27 elefantes jóvenes luchan por superar el trauma de haber perdido a su familia. Algún día seguirán los pasos de sus 150 congéneres reintegrados ya a las manadas de la región de Tsavo.

Tienen mucho en común con los humanos -revela Peter, un cuidador de 30 años con 8 de experiencia con animales huérfanos-. Cada uno posee su personalidad, son tremendamente inteligentes y muy fuertes; cualquiera podría acabar con una vida . Peter, en todo caso, no está solo. La entidad emplea a 30 cuidadores. Pasamos todo el día con ellos -explica Peter-. Los alimentamos, dormimos con ellos y los ayudamos en todo. Después de tantos años, con muchos se ha e como los que tengo con mi familia .

El Programa para Huérfanos de la David Sheldrick Wildlife Trust es uno de los proyectos de conservación de elefantes más ambiciosos que existen en Kenia. Su ejemplo y el de la Big Life Foundation representan la apuesta por el respeto del ser humano hacia la fauna salvaje. Nuestra identidad está ligada a la conservación de estos elefantes. Ahora los vemos como compañeros de viaje de nuestro pueblo , sentencia Tim Casaina. Frente a él, el animal al que acaba de salvarle la vida se pierde en la inmensidad de la región de Amboseli.

 

 

KENIA, AMBOSELI – FEEBRERO 2016: Un cuidador de la David Sheldrick Wildlife Trust juega con uno de los elefantes que vive en el centro. ( Foto por Alvaro Ybarra Zavala)
KENIA, AMBOSELI – FEEBRERO 2016: Un cuidador de la David Sheldrick Wildlife Trust arropa a uno de los elefantes que vive en el centro antes de acostarse. ( Foto por Alvaro Ybarra Zavala)

 

 

Fotografías de Alvaro Ybarra Zavala(España 1979) es un fotógrafo dedicado a documentar los grandes temas contemporáneos y los profundos cambios sociales que vive el mundo de hoy. Actualmente, divide su tiempo entre Latinoamérica y España aunque continua trabajando en otras regiones del mundo. Alvaro se especializa en proyectos a largo plazo y en profundidad para crear marcos para reflexionar sobre las conductas de la sociedad actual y el mundo en el que vivimos. Con sus proyectos visuales pretende generar el diálogo y la colaboración entre sujetos y audiencias, poniendo confrontaciones entre diferentes visiones del mundo.